El Gobierno de Francia afirma que el lenguaje inclusivo, que en su idioma añade un sufijo femenino en un sustantivo masculino mediante un punto, supone un obstáculo en el aprendizaje de los alumnos. Por ello, considera que no debe ser utilizado como alternativa para la feminización de la lengua.
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha señalado este miércoles 5 de mayo que la inclusión de este tipo de lenguaje modifica el respeto de las normas de concordancia «habitualmente esperadas en el marco de los programas de enseñanza». Además, ha indicado que constituye un «obstáculo a la comprensión de la escritura». Esta modificación afecta a la lectura en voz alta y a la pronunciación. Y es que, no es posible transcribir de forma oral este tipo de grafías.
Blanquer ha hecho hincapié en que los niños con ciertas discapacidades o con problemas de aprendizaje se verían especialmente perjudicados por la adopción del lenguaje inclusivo. Para el ministro, el aprendizaje y el dominio del francés «contribuyen a luchar contra los estereotipos y garantizan la igualdad de oportunidades de todos los alumnos», algo que no debe verse perjudicado por ese lenguaje cuya «complejidad e inestabilidad» dificultan el proceso necesario para alcanzar una meta.
El ministro de Educación ha recordado ahora que en los documentos administrativos se están aplicando las ‘reglas de feminización’ relativas al nombre de los cargos ocupados por mujeres, no al lenguaje inclusivo. Por su parte, la Academia francesa de la Lengua ordenó en 2017 la prohibición del lenguaje inclusivo en documentos oficiales, al considerarlo una ‘aberración’.